

La extrema derecha y la extrema izquierda francesas rechazan acuerdo para salvar al primer ministro
La extrema derecha y la extrema izquierda francesas rechazaron el jueves un acuerdo con el primer ministro, François Bayrou, sobre su plan de recorte de gastos, alegando que es "demasiado tarde".
Bayrou, que el jueves hizo nuevas propuestas a ambas partes, ha puesto en juego su supervivencia política en una moción de confianza que convocó para el 8 de septiembre, tras meses de estancamiento en los planes del gobierno para reducir la creciente deuda pública de Francia.
Su objetivo es obtener, en primer lugar, respaldo a su plan de recortes presupuestario de casi 44.000 millones de euros, con el que empezar a atajar el elevado déficit de Francia (5,8% del PIB en 2024), y en un segundo tiempo negociar las medidas de ajuste.
Sin embargo, los partidos de extrema derecha y de extrema izquierda se comprometieron a no apoyarlo, por lo que su mandato como primer ministro parece condenado al fracaso, solo unos meses después de haber asumido el cargo en diciembre.
Si Bayrou pierde la votación, deberá dimitir junto con todo su gobierno.
"Demasiado tarde. Señor primer ministro, ha perdido muchas oportunidades para elaborar un presupuesto que beneficie al pueblo francés", declaró el vicepresidente del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), Sébastien Chenu, a la cadena de televisión TF1.
El partido de izquierda radical Francia Insumisa (LFI) anunció que rechazará las negociaciones de la próxima semana.
"Por lo tanto, no tenemos intención de participar en la operación de rescate que el primer ministro está intentando poner en marcha", escribió en X el coordinador de LFI, Manuel Bompard.
El gobierno francés enfrenta un gran descontento desde la izquierda y la derecha, con críticos acusando a las autoridades de no tomar medidas decisivas en temas como el creciente costo de vida, la inmigración y el crimen.
Una amplia campaña antigubernamental denominada "Bloquons tout" ("Bloqueemos todo"), respaldada por la izquierda, ha actuado como un catalizador para otras críticas e hizo un llamado a un paro nacional el 10 de septiembre.
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R.Leitner--NWT