Neues Wiener Tagblatt - "La sangre seguía corriendo": el testimonio de los sobrevivientes de la masacre de El Fasher, en Sudán

"La sangre seguía corriendo": el testimonio de los sobrevivientes de la masacre de El Fasher, en Sudán
"La sangre seguía corriendo": el testimonio de los sobrevivientes de la masacre de El Fasher, en Sudán / Foto: Joris Bolomey - AFP

"La sangre seguía corriendo": el testimonio de los sobrevivientes de la masacre de El Fasher, en Sudán

Tras once días de viaje, Munir Abderahman llegó finalmente a Chad huyendo de El Fasher, la ciudad de Sudán que vivió una de las peores masacres de la guerra que asola el país.

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Cuando los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) tomaron la ciudad, él velaba a su padre, militar del ejército regular herido unos días antes, en el hospital saudita.

"Llamaron a siete enfermeros y los reunieron en una habitación. Oímos disparos y vi sangre chorreando por debajo de la puerta", relata a AFP el adolescente de 16 años.

El video, como muchos otros grabados por las FAR al entrar en la ciudad, se compartió en redes sociales. Munir abandonó inmediatamente la ciudad con su padre, que morirá unos días más tarde en la carretera que le llevaba a Chad.

Las FAR, en guerra contra el ejército regular desde abril de 2023, tomaron el control de El Facher el 26 de octubre.

La localidad es capital del estado de Darfur del Norte, en el noroeste del país, una zona que ya sufrió una guerra en los años 2000.

Dos semanas después de la toma de la ciudad, grupos de refugiados llegaron a Chad, a más de 300 km de distancia. Acogidos en el campo de Tiné, dan su testimonio a AFP.

- "La sangre seguía corriendo" -

Tras 18 meses de asedio, todos hablan de una intensificación de los bombardeos a partir del 24 de octubre, antes de la entrada de los paramilitares.

Decenas de personas se apiñaron en refugios improvisados para escapar de los drones. Hamid Souleyman Chogar, de 53 años, recuerda cuando escapó del escondite.

"Cada vez que subía a tomar el aire, veía en la calle nuevos cadáveres, a menudo de vecinos del barrio que conocía", confesó. El 26 de octubre en la noche, decidió huir.

Lisiado desde una guerra anterior, lo suben a una carreta que zigzaguea por la ciudad entre escombros y cadáveres. Nadie habla por temor a los paramilitares.

Mahamat Ahmat Abdelkerim, de 53 años, se apresuró para entrar en una casa con su esposa y sus seis hijos cuando los faros de un vehículo de las FAR iluminaron la noche.

El séptimo de sus hijos murió dos días antes en un ataque con drones. "Había una decena de cadáveres, todos civiles. La sangre seguía corriendo", recuerda. Sus lentes oscuros ocultan el ojo izquierdo que perdió unos meses antes en un bombardeo.

Mouna Mahamat Oumour, de 42 años, huía con sus tres hijos cuando un proyectil alcanzó al grupo. "Cuando me di la vuelta, vi el cuerpo destrozado de mi tía. La cubrimos con una tela y seguimos para adelante", cuenta entre lágrimas. "Caminamos sin mirar atrás", añade.

Al llegar al sur de la ciudad, a la altura de la trinchera construida por los paramilitares para rodearla, se acumulan los cadáveres. "Ocupan la mitad de esta zanja de dos metros de ancho y tres metros de alto", detalla Hamid Souleyman Chogar.

Análisis realizados por un laboratorio de la Universidad de Yale a partir de imágenes satelitales cruzadas con videos publicados por las FAR sugieren la presencia de numerosos cuerpos en estas trincheras.

Samira Abdallah Bachir, de 29 años, tomó otro camino. Tuvo que bajar a la trinchera con su hija de dos años en brazos y sus otros dos hijos, de 7 y 11 años, caminando detrás de ella. "Teníamos que esquivar los cadáveres para no pisarlos", describe.

- Puestos de control -

Una vez fuera de la ciudad, los refugiados sufren un nuevo calvario. Los testimonios relatan actos de violencia, violaciones y robos contra la población civil en cada puesto de control.

A Mahamat Ahmat Abdelkerim le robaron su teléfono y su dinero, pero tuvo que seguir pagando al cruzar puestos de control. "Las FAR tienen teléfonos que ponen en altavoz para que contactemos con nuestros familiares y nos envíen dinero", describe.

Otros testimonios mencionaron casos de discriminación étnica. Nos dijeron son negros, son esclavos", cuenta un refugiado recién llegado a Tiné. "Apartan a algunos hombres, los despojan de sus pertenencias y les disparan al azar", relata.

Es difícil saber cuántos sudaneses lograrán refugiarse en Chad en las próximas semanas. Según las últimas cifras de la ONU, unas 90.000 personas ya han huido de la ciudad de El Facher desde su conquista por los paramilitares.

La agencia de refugiados de la ONU cree que "90.000" personas llegarán al país en los "próximos tres meses".

El conflicto en Sudán ya ha causado decenas de miles de muertos, ha desplazado a casi 12 millones de personas y, según la ONU, ha provocado la peor crisis humanitaria del mundo.

A.Hofer--NWT