Lo que se sabe de la situación en Malí tras dos meses de bloqueo yihadista
Desde septiembre, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), un movimiento yihadista afiliado a Al Qaida, impone un bloqueo en Malí con el objetivo de estrangular la economía de este país sin salida al mar y dependiente de las importaciones.
He aquí lo que se sabe sobre esta situación.
- Control extendido del JNIM
Según la ONU, el JNIM, nacido en 2017 de la fusión de varias facciones yihadistas, es el grupo más influyente y la "amenaza más importante en el Sahel", una región que marca la frontera entre el desierto del Sáhara y el sur del continente africano.
Con cerca de 2.100 muertos desde principios de 2025, el balance de los ataques relacionados con el JNIM a fecha de 7 de noviembre alcanzó ya un récord anual, según el análisis realizado por AFP a partir de los datos de la oenegé Acled, disponibles desde 2019.
El JNIM, que se desarrolló inicialmente en el norte de Malí, ha extendido su influencia en los últimos meses a gran parte del país, especialmente hacia el sur y el oeste.
Este grupo yihadista ataca los convoyes de combustible en las principales carreteras que conducen a Senegal y Costa de Marfil, de donde proceden la mayoría de los productos importados por Malí.
- Situación en Bamako
Durante semanas, la falta de combustible paralizó el transporte, cerró escuelas y afectó la electricidad en el país.
En un video publicado en octubre, los yihadistas anunciaron que "todas las carreteras alrededor de Bamako", la capital, se consideran "zonas de guerra" e impusieron la separación entre hombres y mujeres en los transportes.
Sin embargo, varios convoyes de combustible escoltados por el ejército fueron transportados a la capital y a algunas localidades del país.
La situación mejoró en Bamako, y aunque persisten las filas en las gasolineras, las escuelas y las universidades reabrieron tras dos semanas de cierre ordenado por las autoridades.
Sin embargo, el transporte público sigue afectado y el acceso a la electricidad se degradó considerablemente desde el inicio del bloqueo.
Actualmente, "amplios espacios están fuera del control efectivo del Estado", que "concentra sus fuerzas alrededor de Bamako para asegurar el régimen", subrayó a AFP Bakary Sambe, del grupo de estudios Timbuktu Institute, con sede en Dakar, Senegal.
- En el resto del país
La situación sigue siendo más difícil en el resto del país, donde varias localidades del sur y del centro están bajo bloqueo yihadista y los convoyes de combustible tardan en llegar.
Según Studio Tamani, una emisora de radio financiada por una fundación suiza, "Mopti y Bandiagara (centro) llevan un mes sin electricidad".
En la ciudad de Dioïla, a 160 km al este de Bamako, "ninguna gasolinera dispone de combustible por el momento", según L'Essor, el diario estatal. Y por primera vez en semanas, llegaron cisternas de combustible a Ségou (centro) y Sikasso (sureste).
"Hay mucha solidaridad", declaró a AFP un habitante de Ségou, que espera que "la situación mejore con la llegada de varios camiones cisterna".
El norte del país no se ha visto afectado por los bloqueos y la región se abastece mediante convoyes procedentes de Níger.
- Reacciones internacionales
Ante el deterioro de la situación, Estados Unidos y Reino Unido anunciaron la retirada de su personal no esencial de Malí, y varias embajadas, entre ellas la de Francia, pidieron a sus ciudadanos que abandonaran el territorio.
El presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Mahmud Ali Yusuf, expresó el 9 de noviembre su "profunda preocupación" por el deterioro de la seguridad y pidió una "acción internacional urgente".
En el aeropuerto Modibo Keïta de Bamako, cada vez son más los extranjeros que abandonan el país, según un jefe de escala de una compañía aérea africana.
Sin embargo, no se ha producido una afluencia masiva ni movimientos de pánico, según constató un periodista de AFP.
- Movimiento "cada vez más político"
Una posible toma de Bamako por parte del JNIM parece poco probable en este momento, según los observadores, ya que los yihadistas no tienen la capacidad militar ni de gobernanza para ello.
De ser un movimiento insurreccional, el JNIM ha pasado a "adoptar la apariencia de un movimiento cada vez más político", explicó Bakary Sambe, del centro de investigación Timbuktu Institute, con sede en Dakar.
Su objetivo es "la caída de la junta" para instaurar "un califato", consideró recientemente el jefe de los servicios de inteligencia exteriores franceses, Nicolas Lerner, en una entrevista en la emisora France Inter.
A.Wagner--NWT